Hoy venimos a traeros la crónica de la BloggerLitCon (sin
juzgar, nunca hemos hecho una crónica).
Laura quiere que escribamos el proceso de todo el viernes
(viernes normal y corriente), cosa que no vamos a hacer. Así que, vamos a lo
importante: El viaje en tren.
Fue un larguísimo viaje en el que leímos, escribimos y nos
aburrimos por igual. Y Marina hizo el cubo de Rubik unas veinte veces (o veinte
mil). Llegamos a Atocha más aburridas que cansadas y con más ganas de caminar
que de dormir.
Fuimos a cenar al Mel’s, restaurante ambientado en los años
50 y altamente recomendado (Tomad. La. Maldita. Fanta. Con. Fresa).
Al día siguiente, tras dormir dos horas, por decir mucho,
desayunamos en una cafetería en la que pagamos el suelo, al estar justo frente
a la Puerta de
Alcalá. Según desayunábamos veíamos llegar a gente de naranja y era muy
emocionante (en plan desayunarápidoestánahívamosallegartarde aunque íbamos con
media hora de adelanto).
Prácticamente corrimos hasta allí y era todo muy
emocionante. De repente había muchísima gente y te dabas cuenta de lo que
significaba la BLC. Nos
sacamos una foto con todo el mundo que dejamos aquí abajo.
Empezamos a correr como unas locas posesas con el objetivo
de llegar a la caseta de Penguin Random House y hacernos con uno de los 30
libros firmados por Javier Ruescas de El
(sin)sentido del amor. Los conseguimos (casi muertas, pero los
conseguimos).
Fuimos a la charla de fantasía que daban Celia Corral y
Javier Miró, que estuvo muy interesante. Marina ganó un mini sorteo de un
marcapáginas y un llavero del libro Ontromus
de Celia Corral.
Conseguimos, justo después, las firmas de Francesc Miralles,
Anabel Botella y Begoña Oro. Por casualidad a Marina casi le da una insolación
(es que de verdad hacía mucho calor).
Después fuimos a comer y conocimos a gente muy maja con la
que jugamos a los Story Cubes de Rory y cuyos blogs os dejo por aquí:
Son: carstairsm.blogspot.com y
sieltiempollegatarde.blogspot.com.
Nos dividimos en grupos e hicimos los juegos que fueron un
cosa muy diver y el equipo de Marina: “La Pluma de Hedwig” quedó segundo (obviamente, dado que teníamos a
Bellatrix Lestrange de portavoz) y el de Laura casi el último (insertar risas).
Corrimos a la caseta 130 hasta casi morir por una libreta y
eso fue doloroso, aunque conocimos gente nueva (aplauso para la Cofradía de Monjas
Lectoras de Patata).
Y por fin, lo que todo el mundo esperaba: encontramos agua.
Rellenamos los cuatro millones de botellas que llevábamos y nos pusimos en
camino (o más bien búsqueda) del sitio en el que se realizaba un encuentro
realizado por la editorial Destino con Carlos García Miranda y María Villalón.
En la charla, presentando el nuevo libro de Carlos García
Miranda, “Este libro lo escribes tú”,
nos dijeron de ponernos en grupos y escribir un email del cual te arrepentías
nada más enviar. Allí nos juntamos en el grupo con más gente nueva con la que
escribimos un relato genial (aunque no ganamos).
En el mismo sitio, tras la escritura de relatos y el
concierto de María villalón, recibimos más marcapáginas y un adelanto del primer
capítulo de “Las crónicas de Magnus Bane” y de “Violet and Finch”.
Cuando salimos de allí, corrimos de vuelta a donde habíamos
comido, porque teníamos una charla sobre booktube aunque perdimos a la mitad de
la expedición por el camino porque querían ir a una firma. De todos modos, nos juntamos
en la charla minutos más tarde.
Al terminar, hubo una ronda de fotos con los booktubers que
dieron la charla y después, la BLC se dio por terminada. Pero nosotras aún teníamos
una última misión que cumplir: Llegar a la firma de Santiago Posteguillo y
conseguir que a Marina le firmasen el libro de “La noche que Frankenstein leyó el Quijote”.
Después de eso volvimos al hotel a dormir, esperando que
llegase el día siguiente (o que aquel genial día volviese a repetirse). Por
desgracia, el día siguiente sería también el último de la BLC hasta el año que
viene.
Tras el desayuno, nos dirigimos con nuestras maletas a la
consigna de la estación de Atocha, listas para salir después de comer. Nos
cruzamos con un par de booktubers allá, antes de volver al Retiro para la post
blogger.
Una vez en el Retiro, no estábamos seguras de dónde habíamos
quedado con exactitud, así que estuvimos dando un par de vueltas hasta que
empezamos a reconocer gente que habíamos visto el día anterior.
Desde allí nos juntamos con los organizadores y nos sentamos
en la hierba para asistir a una charla con la editorial Salamandra en la que
nos contaron secretos secretísimos (muajajajaj). Estuvimos la mitad de la mañana allí
escuchando adelantos de la editorial (y además nos dieron unas carpetas geniales)
y la otra mitad fue la búsqueda del tesoro.
Al terminar la charla nos dijeron que la caseta de ediciones
Nocturna y “El corredor del laberinto”
habían organizado una búsqueda del tesoro en la que se ganaban libros. Por esta
razón tuvimos que cruzar corriendo todo el Retiro, con gente que no conocíamos
pero de la que nos hicimos amigos y móviles en mano para buscar las pistas.
Todo el rato repitiendo que ojalá nos estuviese viendo nuestro profesor de
educación física.
No conseguimos ningún premio, pero fue divertido conocer a
gente hasta en el último minuto de la Blogger.
De vuelta a la entrada en la que habíamos quedado a la
mañana y por la que saldríamos aquel caluroso mediodía, paramos un momento en
la estatua del ángel caído para que Marina sacase fotos.
Tras esto fuimos a comer en un bar (en el cual había unas
croquetas que eran las mejores que Laura ha probado en su vida y mejor si no se
entera su abuela) y, cuando fue la hora, volvimos a la estación a por el tren.
Y el viaje de vuelta fue casi peor que el de ida. Al día
siguiente había un global de mates y teníamos que estudiar durante el viaje. Y,
por si fuera poco, las dos nos mareamos porque el tren se movía mucho.
Sin embargo, pese a la horrible vuelta, aquel fue uno de los
emjroes fine de semana de nuestra vida.
Holaa chicas!! Me ha encantado la crónica de la blogger y haberos conocido, nos vemos el año que viene seguro, un beso!!!
ResponderEliminar¡Desde luego que nos veremos! ¡Un besazo!
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